"El que tiene un QUÉ claro en su vida, normalmente es capaz de encontrar un CÓMO para lograrlo" Nietzsche. Este QUÉ, que no es nada distinto de la visión de la que ya se habló la semana pasada. Para poder salir avante de cualquier crisis que estemos viviendo, es necesario elegir muy bien con qué actitud vamos a afrontar dicha crisis. De esto depende el éxito o el fracaso de nuestro proceso. Por difícil que sean las circunstancias que estemos viviendo, somos los que, en últimas, tomamos la decisión de elegir la forma como vayamos a afrontar nuestra propia crisis. Esta libertad de escogencia es inalienable a nosotros. Es aquí donde el CÓMO toma una importancia suprema frente a la crisis que nos esté desafiando. Si el CÓMO elegido es acertado, los resultados desencadenados serán favorables, pero si el CÓMO elegido es equivocado, el desenlace de nuestra crisis estará comprometido. ¿Cómo vamos a afrontar Nuestra crisis? Podemos responder que existen dos extremos opuestos a esta respuesta. El primero y paradójicamente el más común, es pensar que somos VÍCTIMAS de la crisis. No hay nada que podamos hacer al respecto, por lo tanto, debemos aceptar las circunstancias presentes y esperar a que el tiempo, la fortuna, o Dios nos salve de las circunstancias que estamos viviendo. Simplemente nos resignamos a vivir bajo las condiciones impuestas por la misma crisis, esperando que un milagro cambie las mismas. Esta posición tiene consecuencias directas. Al considerarnos víctimas, no solo estamos aceptando nuestra suerte, resignándonos al destino (la crisis que estamos viviendo), sino que adicionalmente y sin darnos cuenta, estamos renunciando a la posibilidad de actuar frente a ella; en otras palabras, estamos claudicando. El otro extremo, como posible campo de comportamiento es el considerarnos como protagonistas, es decir, qué pese a las condiciones de nuestra crisis, tomamos la firme decisión de actuar para solucionar nuestra crisis. Nos declaramos inconformes con las condiciones presentes, y estamos dispuestos a hacer lo que esté a nuestro alcance para cambiarlas. La posición de víctima desencadena una serie de sentimientos en espiral descendente que no nos hunde cada vez más en la depresión; dolor por nuestra crisis, frustración por cortar nuestros sueños, rabia contra el mundo, resentimiento contra los demás, amargura hacia nosotros mismos y una profunda tristeza. Todo lo anterior, creando nuestro propio infierno. Por el contrario, las personas que escogen convertirse en protagonistas, se caracterizan por desarrollar sentimientos de; satisfacción para con ellos mismos, orgullo por las tareas desarrolladas, paz interior por estar haciendo lo humanamente posible, desarrollan una auto estima alta, viven con un buen ánimo permanente, desarrollando una felicidad constante, lo que los lleva a ser su propio desafío. El optar por ser protagonista implica el ser consciente de la visión que se desea alcanzar, quien se es y de quién no se es. Para esto último, es necesario conocer tanto las fortalezas propias, como las debilidades. Habiendo desarrollado el QUÉ, la visión de adónde queremos llegar luego de nuestra crisis, el CÓMO, la actitud con la que vamos a afrontar nuestra crisis, es necesario adquirir una serie de maestrías que nos permitan garantizar el salir adelante. Estas son: Determinación; según el diccionario de la lengua española, la determinación es; osadía, valor. Es el firme propósito de alcanzar una meta, sin importar los costos/sacrificios en los que haya que incurrir, dentro de altos valores y principios. Para salir de la crisis en la que nos encontremos, con seguridad tendremos que hacer o dejar de hacer ciertas cosas que serán una cuota de renuncia grande para nosotros. Coraje; según el diccionario de la lengua española, el coraje es la; impetuosa decisión del esfuerzo y del ánimo, valor. Capacidad de verme tal y como soy, tanto con sus luces como sus sombras, sin auto flagelarme. "Tus visiones quedarán claras solamente cuando puedas mirar en tu propio corazón. Quien mira hacia afuera sueña. Quién mira hacia adentro despierta", Carl Jung. Humildad; según el diccionario de la lengua española, la humildad es la; virtud que consiste en el conocimiento de las propias limitaciones y debilidades y en el obrar de acuerdo con este conocimiento. Es la capacidad de reconocer mis puntos débiles y flaquezas y actuar prudentemente reconociendo estas. "La humildad es la antecámara de todas las perfecciones", Marcel Aymé. Disposición al Cambio; es la capacidad que tiene una persona de reconocer que lo que está acostumbrado a hacer ya no tiene valor frente a las circunstancias presentes. No olvide qué si se encuentra en medio de una crisis, es porque lo que ha hecho hasta ahora y la forma como usted se ha comportado hasta el momento, lo han llevado a la crisis que está padeciendo. Por lo tanto, si quiere cambiar de resultados, debe cambiar de procederes. En este momento es indispensable poder re inventarse. Por último, para lograr mantener todos estos elementos presentes (Aceptación, Qué, Cómo, Determinación, Coraje, Humildad y Disposición al Cambio), cohesionados y funcionando adecuadamente, y así evitar que nuestros deseos se vean interrumpidos, es recomendable que armemos nuestra RED de APOYO. La Red de Apoyo consiste en un número plural de personas, seleccionadas por su objetividad, sindéresis y buen juicio, con las cuales compartiremos nuestra crisis, y a los cuales les pediremos su buen consejo y acompañamiento para salir de esta. Ellos serán algo así como nuestra Junta Directiva, o Comité Asesor permanente, que estarán a disposición nuestra en los momentos críticos en los que nos encontremos, para darnos esa energía, vitalidad y claridad que se nos haya acabado en esos momentos oscuros que se nos presentan en medio de las crisis. |
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